Siempre me opuse al relativismo mostrado por los sofistas. Esta oposición me llevó al deseo de establecer la definición universal. Es evidente que esta búsqueda de definición universal no sólo tiene un valor teórico sino también un valor evidentemente práctico. Esta es la base fundamental del pensamiento.
En tal sentido, crea un método inductivo expresado en forma de diálogo.
Para los sofistas, conceptos como virtud y moral no son susceptibles de una definición universal; pues, ellos parten de un relativismo gnoseológico y moral. Por el contrario, yo afirmo que estos conceptos sí son susceptibles de definición; y por ejemplo, lo justo es lo mismo para todas las ciudades y ciudadanos; pues su valor es universal. En tal sentido, con la definición del problema moral, entre otras, se supera el relativismo sofista.
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